jueves, 3 de septiembre de 2020

EL CAMINO DEL ÉXITO

Dicen que el camino del éxito nunca es liso. Que te encuentras piedras por doquier, que las vistas no son las mejores, que hay montañas tan altas que su altura desmotiva, que habrá gente que te anime, gente que te recrimine tu camino, gente que no confié en ti, en fin, mi camino como opositor se acabó hace un par de años, y por fin, estoy en paz. 

Me gustaría contar que mi etapa en la Escuela Nacional de Policía fue de ensueño, que todo fue compañerismo y alegrías. Que no hubo días malos, que el sol salía todos los días en mi corazón, que iba a clase con una motivación que rozaba la que tiene un niño con juguete nuevo, que disfruté cada segundo de tiempo allí. 

No puedo contarlo así. Mi tiempo como policía alumno fue muy duro personalmente hablando. No tuvieron culpa los compañeros, ni los profesores ni la exigencia académica. Tal vez, para alguien que nunca ha tenido problemas de autoestima o que no ha fracasado muchas veces para lograr su objetivo, lo que cuente a continuación no lo entenderá.

Yo ya llevaba un par de años que la oposición me costaba un mundo o mejor dicho, me costaba un sistema planetario, de hecho en 2016, cuando suspendí la entrevista de la promoción XXXII, y las pruebas físicas (por doble nulo en el circuito de agilidad hecho que nunca ocurrió antes en todas las pruebas físicas que realice) de la XXXIII, simplemente dejé de creer en mi sueño, y sinceramente, dejé de creer en mí. Cierto es, que me levanté como un jabato y seguí adelante con otros proyectos pero cada vez me notaba menos yo, también influyó el hecho de que en septiembre de 2017, mi relación de ocho años con una mujer maravillosa, torno a su fin.  

Tuve un par de meses de alegría inmensa tras aprobar la oposición en el 2018, pero al llegar a Ávila, todo lo que tenía reprimido, explotó en mi interior. Llegué al punto de no querer ir a clase, de no querer interactuar con mis compañeros, de sentirme tan inútil que parecía que se me había olvidado estudiar, correr, hacer dominadas. Todo nuevo reto que en la academia se planteaba, para mí supuso un reto de dimensiones estratosféricas. Aprender a disparar, los “engrilletamientos”, correr el kilómetro, presentaciones de trabajos, exámenes… Incluso, era tan irreal y dañina la visión de mí, que la vida social de la academia, que es bastante alentadora, no conseguía disfrutarla porque cuando hablaba con compañeros o compañeras, me sentía un fracaso, una persona aburrida, una persona que no merecía en absoluto la pena. Para resumir, me odiaba hasta límites insospechados, y sinceramente, es una incongruencia, un tipo como yo, que ha sacrificado 10 años de su vida para conseguir ser policía nacional, debería quererse y respetarse, pues no, el policía alumno no se quería en absoluto.

Tampoco me vino bien, estar encerrado en una habitación con 4 personas, sin intimidad, porque no eran 4 personas, eran 22 personas más con las que compartías pasillo y baños, y que solían pasar por la habitación.

Figuraros mi estado, una persona alicaída y que no tenía fuerzas para nada, cómo va a aprobar los 32 exámenes de las 16 asignaturas que debes de superar para volver a demostrar que eres apto para la profesión. Fue tortuoso para mí, mis notas fueron bastante bajas en comparación con lo que un opositor mundano a pleno rendimiento podía haber obtenido.  Y pesar de ello suspendí dos asignaturas en el primer cuatrimestre, y dos en el segundo.

De estas tribulaciones que os cuento, no todo fue malo ya que he de reconocer que en los 9 meses que dura la academia no hubo un día que no mirase el escudo dorado que llevamos en el pecho y no me emocionase aunque fuera un poquito (mentiría si dijese que a día de hoy, ya jurado, todavía me enorgullezco al mirarlo). También he de mencionar, que a pesar de mi mermada capacidad para relacionarme, logré entablar una grandísima relación con personitas que nunca olvidaré, no fueron muchas, pero para mí fueron más que suficientes. Me hubiera gustado estar mejor personalmente hablando, pero las cosas suceden como han de suceder.

Tras mi paso por la academia, mi autoestima no mejoró demasiado, y llegué a la plantilla de prácticas bastante tocado. Obviamente, solicité ayuda psicológica y me diagnosticaron una especie de cuasi depresión.

A día de hoy, ya jurado, todo ha cambiado mucho, y de esa personita triste y extra exigente consigo misma queda algo, pero poco. En otra entrada os contaré qué tal fue mi período de prácticas pero creo que por hoy está bien.

Con esta entrada quería mostrar, que la mente humana es extremadamente curiosa, porque debería haber sido el hombre más feliz con mi logro, pero aunque valoraba lo que había conseguido, no estaba en absoluto conforme conmigo mismo.

Espero que a ninguno de los lectores/as le haya ocurrido esto que estoy contando, y si es así, y desean hablar, a través de Twitter por mensaje privado estaré encantado de ayudar en lo que pueda.

Quería compartir estas líneas, primero para que sepáis que no estoy muerto je, je, y para relataros que al final, tantos años de oposición a mí, me han pasado factura aunque ya esté pagada J.

Un saludo enorme.

PD1: Enhorabuena a los nuevos compis de la Promoción XXXVI.

PD2: Felices prácticas para los de la XXXV.

PD3: A por todas compis de la XXXVII.

PD4: Echaba de menos mi blog :P.

miércoles, 16 de mayo de 2018

LLEGÓ EL DÍA... :)

Antes de empezar con el meollo de la entrada, quería resumir quién soy por si es la primera vez que visitas mi blog. Soy un opositor mundano como tú, que lleva diez años de su vida persiguiendo el “sueño azul”, buscando encontrar una forma de vida como lo es la policial, en definitiva, esforzándose por recorrer algún día el camino de entrega, lealtad, dignidad y servicio que todos los opositores queremos recorrer desde el primer día que empezamos en este mundo opositoril.

Este opositor mundano ha aprobado seis pruebas físicas, suspendido en una ocasión. Ha superado tres teóricos, quedando en los suspensos cerca del cinco. Ha superado todas las pruebas de ortografía salvo aquel examen famoso y ya antiguo, cuyo corte establecido fue de un 7. Ha suspendido una entrevista y aprobado dos pruebas psicotécnicas (una de hace muchos años con aquel archiconocido mapa de una ciudad y el de esta última convocatoria).

Pero por fin compañeros/as puedo decir que todo se ha acabado… ¡SOY APTO! ¡SOY APTO! ¡SOY APTO! y podría seguir gritándolo a los cuatro vientos casi eternamente, porque todavía no lo he asimilado. Incluso si me pellizcas, aún sigo soñando y no he despertado.

Durante años y sobre todo en estos últimos, para motivarme, pensaba cómo sería el momento en el que accediendo a la intranet de la Policía Nacional vería el apto final. Y si os soy sincero para nada me lo esperaba así, rompí a llorar. Me emocione como creo que nunca lo he hecho. Lloré de alegría profunda y real. Me acordé de todo lo que he sufrido para conseguirlo y no pude contenerme, de hecho ahora que lo recuerdo se me empañan los ojos. Es una sensación tan perfecta y liberadora saber que a veces, los sueños se cumplen. Que el trabajo, la constancia, el dolor, la resignación y todos los males que aquejan al opositor, sirven para algo. Que quien se convierte en un guerrero impertérrito luchando sin cesar contra las desavenencias de este sendero opositoril, puede lograrlo.   

Y aquí estoy, un tanto desubicado porque hasta que no me vea en la academia creo que mi mente no lo ha asimilado, porque para mí es algo tan grandioso lograr este objetivo…durante muchos años, sobre todo cuando había no más de trescientas plazas, simplemente pensaba que era casi imposible conseguirlo. Y en junio del año 2016 cuando me dijeron que había suspendido la entrevista, fue un golpe devastador. Unos meses más tarde cuando suspendí las pruebas físicas por un doble nulo en el circuito… creo que perdí la esperanza y la ilusión. De hecho, durante muchos meses abandoné la idea de ser policía, pensé que esta oposición ya me había hecho mucho daño, a nivel mental. Que le había ofrecido demasiado tiempo de mi vida, y aunque era lo que yo deseaba con todo mi corazón, tenía que pasar página.

Me marché a vivir fuera de mi ciudad, obtuve un trabajo y empecé a prepararme para la Guardia Civil, pero al hacer el examen para el cuerpo hermano y ver que mi oposición no era la “verde”, decidí en julio, volver a intentarlo. Un último baile, pero un baile que me encumbraría al éxito. Desde el primer día de esta oposición, me repetí a mí mismo que este año era el mío, que tenía todo de mi lado para lograrlo. Y que nadie me lo iba a impedir salvo el destino.

Tal vez fuera mi actitud enormemente positiva, pero este año las sensaciones fueron mejor que nunca, por primera vez en todos estos años disfruté la pista de atletismo y sin ánimo de sonar prepotente, para mis tiempos de otras veces, simplemente volaba. Cada día rebajaba segundos y mejoraba mi marca. El estudio del temario lo hice en tiempo récord pero con una fuerza y una concentración que me encanto. La ortografía también noté que la preparé mejor que nunca. Para prepararme la entrevista me tuve que gastar el dinero pero sinceramente no me arrepiento, conseguí que un preparador del que no me olvidaré nunca, me cogiera de alumno, y sinceramente es posible que  una gran parte de mi apto en la entrevista se deba a su concienzudo trabajo. Y por último, siempre he considerado que los psicotécnicos no eran lo mío, pero este año me he aburrido de hacer, he hecho de todos los tipos posibles y por suerte, llegó el apto en los mismos, y en la oposición. Además he de añadir que extrañamente he disfrutado mucho el día de la entrevista, el del biodata, el del teórico. Es raro, pero así era, conforme iba pasando etapas más feliz estaba porque pensaba: “he de disfrutar estos momentos porque será la última vez que realice este proceso selectivo”.

No me voy a demorar mucho más en este escrito, pero antes de poner punto y final, quería mandar un mensaje para aquellos compañeros/as que no han llegado al final, o que lo han hecho y no han podido conseguir el apto definitivo. Una derrota en esa oposición es dolorosa, cuando ocurre te duele tanto el orgullo, la mente, y todo tu ser, que parece que alguien te ha puesto la zancadilla y te has caído al suelo en el momento más inoportuno. Los nervios, la suerte, o una preparación que no llega al nivel exigido (que sigo pensando que no es bajo para todos los que buscamos lo mismo) hace mucha mella. A mí me lo ha hecho, yo me he sentido tan pequeño, tan poco válido al suspender ciertas pruebas, que cuando pienso en ello todavía desconozco como he tenido tanta fuerza de voluntad para llegar al día de hoy. El tiempo se congela cuando opositas, el ocio se reduce, el dinero escasea, y aunque no se quiere, el opositor lo es 24 horas 7 días a la semana, es complicado desconectar. Tal vez, aquellos que lo han conseguido a la primera o a la segunda, esta sensación la han tenido en pequeñas dosis, pero los veteranos/as como yo, os puedo decir que a ratos era insoportable toda la carga de los fracasos de convocatorias anteriores, el cansancio mental, y la típica frase de ánimo dicha con toda la buena voluntad del mundo, pero que ya hasta te cansabas de oír: “no te preocupes, el año que viene lo vuelves a intentar”.

La buena noticia, es que se puede conseguir, y yo soy un ejemplo de ello. Para nada os deseo una odisea que ha durado una década, pero si de verdad queréis ser policías, creer en vosotros mismos, repetíroslo una y otra vez hasta que consigáis convenceros, ser pesados hasta la saciedad con esto. Porque el que no crea en sí mismo tiene mucho perdido, porque quitando la mala suerte, esta oposición es una auténtica batalla campal contra ti mismo, en la que tu único y más deleznable enemigo, eres tú mismo y tu parte oscura. Si practicáis como os he dicho, es seguro que cuando más lo necesitéis una voz dentro de vosotros mismos os va a gritar con vehemencia: “CREO EN MÍ”, y os aseguro que poniendo esfuerzo, trabajo, dedicación y diligencia, dentro de no mucho vestiremos el mismo uniforme. Mucho ánimo compañeros/as y os deseo de todo corazón que dentro de no mucho todos vosotros estéis haciendo el servicio de jura de la promoción XXXIV (si es que no estoy mal informado y la promoción XXXV estará en la academia cuando los de la XXXIV juremos).

Por último quería dar las gracias a todas esas personas que me han leído durante todos estos años, si en algún momento os puedo ayudar en algo, tengo una cuenta en Twitter en la que os podéis comunicar conmigo que es: @opositoralcnp.

Voy a acabar este escrito con una palabra preciosa para todos los opositores. APTO.

PD: No sé qué haré con el blog, mi idea es seguir escribiendo en la etapa de Ávila pero cómo desconozco si podré no quiero decir nada.
PD2: !!!!!!Nos vamos a ÁVILA!!!!!!! ¡!!!!!!!XXXIV!!!!!!
  

viernes, 29 de diciembre de 2017

Noticias y fin del 2017.



Hace mucho tiempo que no escribía en este blog tan longevo, en estas páginas he contado mis momentos más lacios a nivel de opositor. Mis momentos dulces, mis dudas, mis ideas.
Sinceramente es un espacio al que le tengo cariño porque aunque cuando he releído algunas partes no estoy conforme con la manera de expresarme, en general creo que puedo ver una evolución bastante positiva en mí. Sobre todo creo que durante muchos años simplemente opositaba porque tenía un sueño, un sueño que parecía que nunca se iba a hacer realidad, enfrentarte a una micro promoción en la que muchas veces empezábamos más de cincuenta mil personas y solo llegaban trescientas a la fase final era bastante descorazonador, y así un año, y otro año, y otro. Hasta sumar seis (si la memoria no me falla). Era dedicarte todo un año a estudiar como si te fuera la vida en ello, poner todas tus ganas, la mayoría de tu tiempo (y en ocasiones y más a nivel mental, todo tu tiempo de ocio) para no obtener nada. Siempre me quedaba cerca del aprobado, o aprobaba pero ponían un corte de un siete en ortografía como me ocurrió en una ocasión.

Desde la promoción XXXII las cosas han cambiado bastante, de estas tres promociones “realistas” por el número de plazas, he conseguido llegar a la entrevista en dos ocasiones (contando la presente). Sí, compañeros y compañeras, aprobé las físicas, aprobé el teórico y la ortografía, y en febrero tendré una nueva cita con los señores/as entrevistadores/as. Me duele admitir esto pero fui mucho más feliz cuando me enteré de mí aprobado en teoría y en ortografía en la promoción XXXII. Supongo que cuando has vivido algo una vez, la segunda vez no lo vives tan intensamente. No os voy a engañar, estoy muy orgulloso de mi aprobado, pero cuando ya has vivido la fase final de la oposición, te das cuenta de que por desgracia (y mira que requiere esfuerzo y constancia superar el teórico) es simplemente un escalón más, que todavía no tenemos absolutamente nada conseguido.

Quiero añadir, que me duele mucho sentir esto porque después de tantas convocatorias en las que he caído en la teoría, parece que estos sentimientos son una burla a todos los años de sufrimiento por esta prueba a la que parece que ya no le doy la importancia que tenía cuando suspendía.
Para mí aprobar las físicas ya supuso un esfuerzo descomunal, ya que os recuerdo que el año pasado hice un doble nulo en el circuito y me fui a casa con cara de poema triste. Además un par de meses antes de mis pruebas físicas, terminé una relación preciosa con la chica que había sido mi pareja durante muchos años por lo que el golpe anímico fue importante. Después de las físicas, y aún tocado, tuve que construirme una coraza tan dura que me permitió concentrarme a niveles aceptables para lograr aprobar la prueba de conocimientos.

Ya os digo que estar en la fase final me ha costado mucho, mentalmente he tenido que hacer un esfuerzo endiablado para no abandonar la oposición y no puedo negar que he tenido ganas de tirar la toalla, pero este sueño que tenemos lo merece.
Como decía, de nuevo estoy cerca de lograr que este objetivo vital se haga por fin realidad, y me siento muy contento por ello. Porque y perdonar que repita tanto la palabra sueño, pero no podemos permitir que un sueño sea solo un sueño, hay que llevarlo a la realidad, sentir que se cumple, y para eso tenemos que poner todo de nuestra parte, porque piedras en el camino nos vamos a encontrar a montones, y seguramente sean piedras tan robustas que no podremos evitar y caeremos temporalmente al tropezarnos con ellas. Pero lo importante, es que siempre tenemos que levantarnos, sonreír por lo aprendido y ser suficientemente duchos en nosotros mismos para no volver a cometer el mismo error.

Por último, quería decir unas palabras a aquellos compañeros/as que por desgracia cayeron en las pruebas físicas o el día 2. He estado tantas veces en vuestra posición (sobre todo suspendiendo un examen teórico) que aunque no os conozca me apena vuestro suspenso, porque se pasa tan mal, te sientes tan vacío después de muchos meses de esfuerzo (o años en muchos casos), y lo peor de todo es que esto es un duelo. Uno no se recupera así como así de estos mazazos. Y si se recupera pronto, quizás después tenga miedo al mismo error. Pero la buena noticia, es que es posible reponerse, seguir adelante y aprobar. Que un suspenso no supone nada, porque vuestro objetivo no es aprobar un examen de esta oposición, vuestro objetivo y es lo más complicado de asumir, es vestir el uniforme y portar la placa. Cuando miras el final y no el camino, creerme que todo se hace más llevadero. Visualizar el destino de vuestro viaje y seguro, que a más de uno/a les sale una sonrisa espectacular y así volver a empezar se hace más llevadero.  

A los que hemos tenido la suerte de seguir “vivos” en el proceso, mucha suerte y os espero en ÁVILA :).

¡Feliz año 2018!

domingo, 23 de julio de 2017

Vuelvo al ruedo :)

No os rindáis, escuchar bien. JAMÁS OS RINDÁIS. Da igual que hayáis caído en el circuito, en las dominadas, en la carrera, en ortografía, en el teórico, en la entrevista o en los psicotécnicos.

Si estáis leyendo esto, es que no so vais a rendir, y si lo habeís pensado, tal vez logré remover algo dentro de vosotros, esa fuerza interior que quizás pensabas que estaba dormida, o ese orgullo que os hace pensar : "¿y por qué no va a ser mi año? ¿acaso yo no puedo ser uno de los 3200 afortunados? ¿qué me lo impide? ¿quién me lo impide?

Salvo situaciones personales extremas en las que yo no puedo entrar (e incluso siempre hay superhéroes que se sobreponen a las mismas), nadie te impide ser policía, salvo tú mismo. Tú mismo eres el que hoy decide estudiar menos, el que decide no ir a la pista, el que no entrena con intensidad porque te duele la tercera costilla o un pelo del brazo. Tú eres tu mejor amigo y también tu más odioso enemigo.

Seguramente esta no será mi entrada más inspirada, pero simplemente quería deciros que Dimentare, el opositor mundano que va por su décimo intento (o tal vez el undécimo), no se rinde. Y que salvo  una lesión o alguna enfermedad me aparte de este camino, en septiembre o octubre estaré luchando junto a vosotros/as por una de esas plazas que dan acceso al  mejor cuerpo de policía del mundo (con permiso de la Guardia Civil).

Sé de sobra que no va a ser nada fácil, que voy a tener que lidiar con ese hombrecillo asqueroso que representa mis miedos, mis dudas, mis carencias y mis bajezas. Que sus "consejos" van a estar ahí y su voz chillona seguramente se haga casi insoportable, pero YO NO ME VOY A RENDIR. YO NO VOY A TIRAR LA TOALLA. De nuevo, YO VOY A CREER EN MÍ, YO VOY A LOGRARLO, YO SOY CAPAZ, YO SERÉ DESDE HOY MISMO LA MEJOR VERSIÓN DE MÍ MISMO. Yo, compañeros, y compañeras, VOY A SER POLICÍA NACIONAL.

Lo mejor que os puedo desear, es que vuestro verano sea provechoso y lleguéis a las pruebas físicas (duras a día de hoy) en las mejores condiciones posibles. !FELIZ VERANO!

PD: Después de caer en la entrevista en junio de 2016 y en físicas unos meses más tarde, estuve bastante hundido y pasé unos meses en un hoyo en el que fui saliendo muy poquito a poco. A día de hoy vivo en otra ciudad y tengo un trabajo a media jornada, he aprobado la oposición a la GC aunque mis notas no han sido suficiente para pasar el corte. Y desde hace unas semanas he retomado el camino que, escuchando a mi corazón, realmente quiero recorrer.

viernes, 24 de marzo de 2017

Entre pitos y flautas, casi dos lustros opositando. PARTE II.



-Durante mi camino opositoril hay días en los que he estudiado una auténtica barbaridad y aun así, una voz tremendamente irritante, me ha susurrado en mi cabecita: "no es suficiente, deberías estudiar más". Otros días, he llegado a estar tan hastiado que me ha costado casi un universo sacar una hora de estudio y esa misma voz me ha susurrado: "este no es el camino, así no vas aprobar". También han habido días en los que quizás no haya estudiado mucho pero si que he aprovechado al cien por cien el día, y esa misma vocecita me ha dicho: "no te conformes con tan poco, tienes que hacer más". Quiero decir con esto, que un opositor jamás va a estar contento con su rendimiento y tiene que ser así. La auto exigencia tiene que ser extrema, no digo que te des latigazos porque un día hayas estudiado poco, pero siempre tienes que ir a más, y si vas un poquito a menos, debes ser severo contigo mismo y obligarte a que no se vuelva a repetir.

-Aquellos maravillosos años. En este tiempo de preparación he pensado muchas veces que fui un inmaduro y un estúpido cuando no aproveche una macropromoción de 5.000 plazas (mi primera convocatoria) y una muy buena oposición de 1.949 (mi segunda convocatoria). Me he flagelado bastante con ese tema pero al final, he llegado a la conclusión de que entonces no estaba preparado para ser policía nacional. Aunque no es un plato de buen gusto, la oposición ha conseguido hacer que me conozca a la perfección y ha sacado lo mejor de mí tanto física como mentalmente, cierto que cada año ha sido complicado volver a levantarse pero a día de hoy, creo que soy más fuerte que nunca. Con esto quiero decir, que aprovechéis cada una de las veces que os presentéis como si fuera la última, sé que esto parece obvio pero a veces se olvida, y ves que una convocatoria se va, otra también y así sucesivamente.

-Muchas veces suspender no depende de vuestro esfuerzo y quizás esto os sorprenda. Conozco casos (yo me incluyo), en los que personas muy bien preparadas no han logrado el apto final. La suerte no se puede controlar, y lo único que os va aliviar si alguna vez os dais de bruces con el suspenso, es vuestro trabajo y el ser consciente de que lo has dado todo. Y cuando digo todo, digo todo. Hay que ser muy coherente con uno mismo, si podías haber estudiado más, no te quejes. Si podías haber preparado mejor las físicas, no te quejes. Si podías haber estudiado más ortografía, no te quejes. Y si te quejas, quéjate de tu esfuerzo. No quiero herir sensibilidades con lo que he dicho, porque yo he aprobado todas las pruebas de la oposición menos la entrevista y me he quejado como un loco de la DFP y sus maléficos planes (y visto el fiasco de la prueba de ortografía de este año, lo seguiré haciendo).

-Hablando de la División, no voy a defender el ritmo ragatanga de la División porque yo he vivido exámenes para 153 plazas que eran para morirse, corte en ortografía de siete, entrevista con una loca del coño, exámenes de ortografía para cortarse las venas y una lista de cosas que hacen que mi amor por nuestros examinadores sea pequeño. Aun así, y gracias a los sindicatos, el proceso es algo más legal ahora que hace unos años cuando se hacían los test a lápiz, los exámenes permanecían en la torre más alta de un castillo custodiados por veinte gigantes y un dragón (una vez hechos), no se sabía cuando empezaban las oposiciones, etc. Creo que a los opositores la DFP nos tiene que demostrar que es un órgano serio y coherente a la hora de plantear un proceso selectivo, porque desde que se publican los cuestionarios han hecho muchas estupideces, quizás por eso, porque hay más transparencia y se ha visto lo que hay detrás. Y fin de la cita :).

-Nervios, nerviosos. Mi estómago ha sufrido mucho los nervios previos al examen, pero sobre todo, en las pruebas físicas. Ni en el pasillo en el que esperas para hacer la entrevista he sufrido tanto. Sobre los nervios he de decir que son buenos, aunque en alguna ocasión he llegado a pensar que me iba a dar un síncope je, je.
Es taaaan íncomodo no poder probar bocado en el desayuno antes de irte a la Escuela de Policía para realizar las físicas, sabiendo que necesitas comer porque si no no vas a tener energía. Mola mucho no me digáis que no :). O si no, cuando tienes las pruebas por la tarde y un simple plato de pasta, apetitoso para mí que es de mis comidas preferidas, se hace una bola enorme en la boca y no puedes tragarlo esa también es buena. Y no sé si a vosotros os pasa, pero cuando he estado nervioso, mi cuerpo desarrollaba una amplificación de los sentidos espectacular y hasta la máquina de café de una cafetería me molestaba je, je.
Una técnica que he ido desarrollando, consiste en que minutos antes de cualquiera de las pruebas, cierras los ojos, te olvidas de la gente, respiras y expiras profundamente, y te dices a ti mismo: "YO PUEDO HACERLO. YO VOY A SER LA MEJOR VERSIÓN DE Mí MISMO. YO VOY A SER POLICÍA NACIONAL. YO SOY CAPAZ DE CONSEGUIRLO. YO VALGO. YO MEREZCO UNA PLAZA". Gracias a estas palabras (y sobre todo en las oposiciones a la XXXII) conseguí revertir esos nervios en una fuerza inmensa, aunque para eso todos los días practicaba, diciéndomelo a menudo, y lo cierto es que parece que se grabó en mi subconsciente para bien.

-Lo que fundamentalmente determina tu apto o no apto en las distintas pruebas de la oposición es sin lugar a duda, la ACTITUD. Si tienes actitud, tienes media oposición ganada. La actitud es el verdadero motor del opositor, cuando es proactiva y positiva te comes el mundo de la oposición sin lugar a dudas. Además la actitud es lo único que nadie te puede quitar, y que depende al 100% de ti. Como he dicho al principio de la entrada, la ilusión es preciosa porque tiñe muchas cosas relacionadas con la oposición de colores y sensaciones bonitas, pero la actitud es la armadura y la espada que vas a emplear para ir enfrentándote a todas y cada una de las tribulaciones que vas a ir encontrándote.

-Manías. No sé vosotros, pero yo he ido cogiendo manías de perro viejo. Por ejemplo, me gusta estudiar teniendo mis subrayadores, uno amarillo, otro verde, otro naranja y otro rosa. Mis bolis, uno negro, otro rojo y otro azul. Mi portaminas, mi goma de borrar, y mi gorra de Hello Kitty je, je, esto último no es así, es de Bob Esponja :). También tengo un bolígrafo de un súper héroe gordito muy gracioso en el que pone: "tú lo puedes todo". Y cuando pierdo alguno de ellos, parece que me da un poco de rabia y empiezo el estudio con el morro torcido je, je. También me he vuelto intolerante con los criaturos que van a contarse tontunas a la biblioteca y te complican la tarde de estudio, mis miradas de odio inmundo hacia ellos son bastante interesantes.

He cogido un muy buen hábito de estudio, pero cuando por cualquier razón pierdo horas porque me he dormido, porque he tenido que ir a hacer recados o alguna cosa imprevista, el día ya se me hace un poco cuesta arriba y no estudio igual.

Tengo que tomarme un café por la mañana y otro por la tarde. También me gusta llevarme la tablet para cronometrar el tiempo que estudio, para luego ir apuntando cuanto tiempo tardo por tema, cosa que luego me viene de perlas para organizar el repaso. Anoto la hora a la que empiezo a estudiar y cuando acabo, qué materias he estudiado, cúales he repasado. cúanto tiempo he estudiado. Y para sentirme un poco más de la RAE cada semana intento aprender una palabra nueva.

Y yo creo que por ahora ya está bien :), si os ha gustado y queréis que haga una tercera parte puedo intentarlo y si no, os agradezco el tiempo que habeís dedicado para leer ambas entradas.

Por cierto, espero que los de la XXXIII disfrutéis mañana del día de oposición que tenéis por delante porque el año pasado la verdad es que yo vi que es un día distinto, en el que realmente no hay nervios y los opositores están con otra cara. Además tuve la suerte de conocer a una compañera y un compañero (otro no pude verlo) que hoy son policías alumnos, y a los que les guardo mucho cariño porque estamos en un grupo de whatsapp desde hace unos años. Asi que, repito, DISFRUTAD por vosotros y por los que no hemos podido llegar este año pero llegaremos en el futuro.

Para finalizar, quería comentar que mi última entrada (la de diciembre) fue un tanto oscura, y la verdad es que he estado bastante dolido por todo lo que aconteció en el 2016, pero a día de hoy estoy mucho mejor y ya veo el futuro con un optimismo que perdí completamente !A NO RENDIRSE NUNCA COMPAÑEROS/AS!.